18 de des. 2013

Ojalá nos expulsen de Europa


La UE por fin se ha metido de lleno en el problema del fútbol español, ahora cabe esperar, si como muchas veces pasa, esto quedará en mera amonestación verbal o se actuará con contundencia para poner freno a un sistema subsidiario que ha anquilosado la LFP hasta convertirla en la liga más amateurizada del viejo continente. No han sido pocas las voces que durante los últimos años se han quejado amargamente de las ventajas de las que disfrutaban los equipos ibéricos, dos de ellas, quizás las más insistentes y críticas, fueron las de Rummenigge – presidente de la ECA – y la de su compañero Hoeness, máximo dirigente del Bayern. Dos valientes que se atrevían a alzar la voz en público, pero solo unos más de los muchos que discretamente pensaban, y exigían, que alguien pusiera freno al escándalo español. 

A pesar de que el poder adquisitivo de los clubes ingleses, alemanes, incluso muchos de los franceses, es superior al de los componentes de la Liga BBVA su capacidad de inversión es más reducida debido a los estrictos controles, topes salariales, impuestos y pagos que tienen que acometer. Aquí, a la sombra de los pirineos, ha sido habitual observar como las entidades han dejado de pagar sus impuestos para poder afrontar fichajes de 25 o 40 millones mientras el fisco hacía la vista gorda, incluso una vez emprendidas medidas, les ha otorgado unas condiciones de pago ventajosas, a un interés del 2% y a 20 años vista. Estafar les ha salido a cuenta. En cualquier liga europea un retraso de una semana en los salarios de los jugadores, en el abono de los impuestos, o en mero incumplimiento de una regla básica, supone el descenso directo o la misma desaparición. El histórico Rangers tuvo que bajar la persiana por una deuda fiscal de 25 millones de libras (el Atlético de Madrid llegó a sumar una deuda 225 millones con hacienda). Y este mismo verano en la Bundesliga el Duisburgo sufrió un descenso a tercera división por no cumplir con los flujos de caja y las previsiones económicas presupuestadas.

Echar un vistazo a los ingresos de las entidades locales es encontrarse con clubes de fútbol viviendo de la subvención pública. Hay casos tan significativos como los del Vila-real. Durante muchos años el 98% de sus ingresos procedían de la administración. Aeropuerto de Castellón abonó 4,5 millones de euros por temporada por aparecer en sus camisetas, un precio 5 veces superior al del valor de mercado del club groguet. Sumado al contrato con Canal 9, la Diputación de Castellón, el Ayuntamiento de la villa, la agencia de turismo de Peñiscola y la de la Comunitat Valenciana con su famosa palmerita... Una situación muy similar a la que viven los equipos vascos, que a través de la Kutxa, las diputaciones forales, la ETB, y el particular paraíso fiscal que es el País Vasco, consiguen subsistir sin dificultades. Son ejemplos de una generalidad, porque ni mucho menos son excepciones. Situaciones como esas se viven prácticamente en toda la geográfica balompédica. Durante los últimos 25 años apenas 4 equipos han sabido plasmar en sus camisetas patrocinadores privados, generalmente extranjeros. El resto lucía la marca turística de la autonomía correspondiente, abonando un sobreprecio al valor de mercado de esos clubes. Si una marca privada pagaba 500 mil euros, la administración local abonaba 1 millón por hacerse con las camisetas y granjearse un altavoz de cara a las urnas.

Estas medidas, que para muchos pueden parecer estupendas, son las causantes de la situación de ruina y amateurismo que vive el fútbol nacional. A las entidades no les ha hecho falta profesionalizarse ni aprender a buscar nuevas vías de ingresos, ni siquiera a invertir en infraestructuras, ni plantear un crecimiento conjunto mediante medidas colectivas. Les bastaba con ir al poder político a llorarles para obtener ingresos que jamás serían capaces de generar por sí mismos. ¿Quién va a plantear una venta colectiva de la televisión con las autonómicas ofreciendo contratos tan fantásticos?, ¿Quién va a gastarse el 1% de su presupuesto en contratar personal competente pudiendo ir de cena con el alcalde o presidente de turno y obtener tan pingues beneficios? Esta dependencia de lo público es la causante de que la LFP no haya crecido en bloque, sino en escalones, un crecimiento proporcional al PIB de las autonomías a las que pertenecían.

El problema de disponer con tanta facilidad del dinero de todos, sin control ni obligación alguna, es toparse con la ruina por la vía del despilfarro. La LFP ha sido durante mucho tiempo un engendro engordado artificialmente, que en lugar de curar sus achaques con medidas profesionales, con normas comunes, volvió a tirar de la administración para solucionar los problemas a base de recalificaciones y pelotazos urbanísticos a la carta. Y eso lo han disfrutado todos los clubes en mayor o menor medida, todos sin excepción. 

La base de este problema nace de una desregularización perversa sufrida en 1996. Tras el escándalo de la liga de 22 equipos el gobierno de Aznar abolió todos los controles financieros y fiscales creados tras las conversiones en SAD. Una medida política y populista, ya que entidades como el Real Madrid sufrían todos los veranos para poder cumplir con ellas y a duras penas sorteaban un descenso administrativo, consiguiendo en sucesivos veranos, y sobre la campana de las 00 horas, presentar los requisitos precisos para poder seguir compitiendo. Tras aquello, con la aparición de ese engendro gubernamental que fue Vía Digital, empezó la gran fiesta, los grandes fichajes, el descontrol en los ingresos televisivos que ha seguido con Mediapro, otro pacto gestado al calor del poder gubernamental que ha reventado el fútbol nacional pagando 180 millones por cabeza a los dos grandes a pesar de que ni los valen, ni los generan. Hasta el punto de que la productora ya no puede hacer frente a los contratos y dejará de pujar por ellos en la próxima negociación.

Aunque resulte catastrófico, a los clubes de la LFP no les podría pasar mejor cosa que ser arrancados definitivamente de la teta pública, y si para ello los tienen que expulsar de las competiciones europeas, bienvenido sea. La necesidad de conseguir mayores ingresos es lo que ha llevado a las grandes ligas a organizarse colectivamente, a crecer en conjunto dándose unas normas comunes para todos, obligados a comportarse como entidades privadas, a invertir en infraestructuras, en profesionalizarse. Ni el milagro alemán ni el buen momento inglés surgieron de la generación espontánea, sino de la necesidad. De un marco legal que les obligaba a gestionarse de otra manera, y con esa gestión, han ido descubriendo fuentes de financiación que les han ayudado a crecer. Pero la problemática de este fútbol reside en la incapacidad para gobernarse. No hay ninguna entidad encargada de velar por estas cosas, la LFP es un órgano vacío, un ente para aparentar, reducido a cementerio de elefantes, desprovisto de armas y poder de decisión. Sumado a una inexistente legislación abolida en el pasado e inexistente en la actualidad que les permite cometer estos desmanes. Una fuerte sanción impuesta por Europa es la única vía para que las cosas empiecen a cambiar.

3 comentaris:

Anònim ha dit...

Y con otro matiz: una SAD en situación patrimonial negativa tiene que disolverse, por ley. A ver cuántas han cumplido. Un club deportivo en la misma situación tiene que convertirse en SAD. A ver cuánto tardan el día que se dé el caso.

Anònim ha dit...

Florentino Pérez defendía al Real Madrid de las acusaciones sobre las supuestas ventajas fiscales de las que la entidad goza, al tiempo que aseguraba que la posible conversión en Sociedad Anónima Deportiva -algo por lo que inicialmente nunca ha abogado el mandatario 'merengue'-, lejos de ser algo negativo para el club, incrementaría las diferencias económicas con otros equipos: “La única ventaja fiscal que tenemos es que pagamos el 25 por ciento en impuesto de sociedades en lugar del 30. Para los otros clubes, menos mal que no somos una sociedad anónima porque tendríamos más dinero y la diferencia sería mayor”.

No acabo de entender la frase, supongo que estará bien recogida.

Salve.

Anònim ha dit...

sobre la parte de las SAD y no SAD, si al final hay sancion esta es contra España y no contra los clubs, no? imagino tambien que aunque el dictamen final sea que las no SAD se han beneficiado de una tributacion mas baja no se podra aplicar con caracter retroactivo una modificacion legislativa que equipare las condiciones fiscales para todos los equipos, no?

asi que nos tocara pagar a todos indiferentemente de si somos aficionados de alguno de los equipos no SAD o no, vaya novedad.

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