25 de gen. 2014

Populismo


"Si queréis echarme, tengo a la gente"; "si queréis ir contra mí, tengo a la gente"; "si vamos a la guerra, tengo a la gente". Salvo se quitó el corsé y usó el escudo de las masas para arremeter contra enemigos más poderosos que él, cayendo en un acto de populismo muy peligroso, como se vio en un momento dado de la asamblea, cuando ante un rumor infundado un público encolerizado se giró contra la prensa que estaba cubriendo el acto. También estaban por allí los Yomus, ¿casualidad que fueran los agitadores de la velada? El discurso del presidente sigue teniendo lagunas, y lagunas muy importantes, pero está sabiendo jugar sus bazas ante entidades que sabe que no tienen la simpatía del populacho. Hasta consiguió lo impensable, que Mestalla, tras años de silencios cómplices ante la extorsión y el saqueo del Gobierno Valenciano, arremetiera contra estos. El dirigente se ha parapetado tras el aficionado para continuar una batalla desigual. Un recurso que denota debilidad, el recurso del que se sabe perdedor y pretende dar un golpe de efecto agitando a la calle.

Es palpable que el tono de agresividad está aumentando en todos los ámbitos. Hoy en día criticar aquello que no te gusta de alguien que te gusta se ha convertido en una invitación para ser insultado y atacado. Hemos llegado al peligroso escenario del 'conmigo o contra mí'. Si de alguna cosa sirve la historia es para enseñarnos que los revolucionarios acaban convirtiéndose en algo peor que aquello contra lo que lucharon. El aficionado debería mantener un espíritu crítico en todo este asunto para evitar en un futuro sentirse engañado y utilizado, evitar caer otra vez en los errores que nos llevan a cometer los entusiasmos desenfrenados. Está claro que cualquiera en su sano juicio estará antes con el presidente del VCF que con un desconocido; pero una cosa es estar con el presidente del VCF y otra entregarle un cheque en blanco. No olvidemos los peligros que entraña iniciar una guerra de consecuencias impredecibles, y no olvidemos tampoco que quien pagará esas consecuencias será la institución y todos nosotros con ella.

"Han intentando bloquear el VCF, no nos dejaban descontar pagarés avalados del traspaso de Soldado". En todo el maremágnum nocturno esa frase ha pasado desapercibida. Una frase que nos suena de algo; pregúntenle a Vicente Soriano - justo se cumplen cinco años de aquello - sobre bloqueos y derrocamientos. Ése está siendo el gran triunfo de Salvo, su espíritu irreductible. Hasta el momento, churreros de barrio habían ocupado la silla presidencial, hombrecillos sin dignidad que se empequeñecían en cuanto pisaban un palacete o les hacían visitar Madrid. El establishment se ha topado con un empresario de verdad, con un empresario formado, que es de este siglo, que ha visto mundo y que no depende de un cargo en un equipo de fútbol para llenar su nevera ni de los políticos para mantener su empresa. Salvo es el primer dirigente conocido que en lugar de pegar la cabotá le muerde la mano al que le ha dado de comer. Elige la opción menos cómoda para él, la de luchar en lugar de entregar las armas. Y más allá de mordérsela, le escarnia públicamente su actitud taciturna y sus malas formas. El presidente ha descubierto la realidad de este club, una entidad dirigida desde despachos ajenos a los de Mestalla, un poder en la sombra sustentado por grupos mediáticos próximos a esos despachos. ¿Descubierto? Él sabe cómo llegó y por qué llegó, pero como buen cándido que fue se creyó las bondades del sistema que lo alzó; ahora ya sabe cómo se las gastan.

Es muy loable pedir que se anule el proceso y pretender que sea la Fundación quien lo capitaneé con total transparencia. "¿Tenéis ofertas mejores que las de Lim?, cojonudo, traedlas". Llegó a soltar. Pero tuvo la oportunidad de exigir capitanear el proceso cuando Bankia les comunicó su intención de no refinanciar y sacar a la venta la SAD; en lugar de hacerlo Salvo prefirió jugar a su juego presentándoles un inversor. Aquí volvió a pecar de ingenuo, y ahora, caída la venda de los ojos, pretende que se juegue según él quiere. Llega tarde, y usar a las masas para 'tener razón' más que una genialidad parece una temeridad. KPMG ha jugado sucio, sí; todos lo sabíamos. Pero ningún dirigente de la Fundación ni del VCF dijo nada durante todo este tiempo. Bankia juega sucio, esconde sus pretensiones, tiene intereses ocultos (no de ahora, desde la ampliación de capital de 2008) y ha presionado para perjudicar los intereses del club; sí. Pero ningún dirigente de la Fundación ni del VCF dijo nada durante todo este tiempo. Lo han tenido que decir cuando se han visto derrotados. Demasiado tarde; aunque la dicha es buena.

Antes de salir a las calles con picos y antorchas, preguntémonos algo: Si realmente hay inversores preparando su desembarco en Valencia y tras lo de anoche deciden retirarse, quedándonos desamparados y abocados a oscuros escenarios, ¿a quién responsabilizamos? Bankia también tiene muchas explicaciones que dar, explicaciones que, paradójicamente, nadie del entorno le exige. ¿Por qué pasamos de las urgencias de vender el club antes del 31 de diciembre a dilatarlo hasta el exceso y sin justificación aparente?, ¿Por qué pretende vender una empresa con tal arraigo social y relevancia pública de forma secreta y sin contar ni con el VCF ni con la Fundación? La ruleta sigue girando, ahora le toca mover pieza a la Generalitat, ahora es el momento de posicionarse, de saber si están en Madrid o si están aquí, con los suyos. El gobierno Fabra puede elegir 15 patronos para controlar la Fundación y la venta, para derrocar a Salvo como hicieron con Llorente, por eso lo de anoche no tenía sentido hacerlo en una sala de prensa, había que exhibir músculo ante el enemigo, y para ello había que utilizar la baza del populismo. Porque en realidad, informar, no nos informó de nada que no supiéramos ya por la prensa. Ni siquiera desmintió que Lim no presentara oferta por escrito, confirmando así las filtraciones que lanzó el bando rival. Cuidado con los cheques en blanco, que los carga el diablo; y más en tiempos de guerra.

3 comentaris:

Willie ha dit...

El punto básico de todo este embrollo, que se intenta esconder con toda clase de trucos de prestidigitador, es que en ningún caso, al menos a día de hoy, Bankia puede elegir al comprador. Podrá elegir a quién vender la deuda, pero mientras no sea poseedora de la mayoría de las acciones, de lo otro nada de nada. A partir de esto, todo el proceso de COMPRA DEL VALENCIA (no así de deuda) llevado a cabo por Bankia es, o debería ser, aparte de inmoral e ilegal, fútil.

Anònim ha dit...

no soy partidario d los linxamientos,xo q pasa qando los hacen ellos tras su micrófono? Dnd esta su responsabilidad? el problma d los "periodistas" d aki es q se creen como los políticos,intocables hagan lo q hagan,y qando les señalan se cagan

Anònim ha dit...

Pimento !!!fuera de Mestalla y de Valencia!!! eres una Rataa
















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