31 de jul. 2014

La venta desde las trincheras


Presentar a Lim ante el mundo. El primer paso consistió en vender a Lim sobre todos los demás. Fue un ejercicio sencillo, en contraste con fondos buitres, ofertas dudosas o que desprendían un fuerte olor a estafa no se requería un gran esfuerzo. La aceptación del asiático fue total ante una ristra de enemigos de tal calibre. Más cuando a pesar de la evidencia muchos sectores sociales, políticos y mediáticos siguieron haciéndole el juego a propuestas que jamás demostraron solvencia alguna. En todo ese juego se olvidó a Wanda, el recipiente de uno de los empresarios más poderosos e influyentes del planeta. Era Lim o la caspa, Lim o el apocalipsis. Pero nunca fue Lim contra una de las 50 mayores fortunas del mundo, porque ante tal rival no había singapurense que vender. Para desactivar al empresario chino se aceptó que sólo tenía interés en el parque inmobiliario del club cuando en su oferta detalla un modelo sostenible inspirado en el Arsenal y en la creación de un proyecto de cantera. Aunque no trajera jugadores con nombres y apellidos aportaba una cantidad indeterminada a disposición de los técnicos: 'la requerida para devolver al equipo a la máxima competición europea'. Tenido que enfrentarse a Bankia en caso de ser votada como ganadora, ofrecía quitas, como todos los concurrentes, de entrada presentaba una propuesta financiera, como mínimo, igual de ventajosa que la inicial de Lim. Además de un modelo de negocio basado en el nuevo estadio y en un programa de patrocinios como pilares fundamentales. Entre unos, a favor de allá donde se escondiera el viejo régimen y otros, la atadura de Salvo a Lim, Wanda se quedó sin altavoz.

Lim siempre es sospechoso. Desde su irrupción en diciembre Peter Lim siempre ha sido el sospechoso número uno. Ante un fondo buitre siempre el buitre era mejor que Lim. Ante unos rusos insolventes y sin demostrar poseer ningún fondo de los que aseguraban tener, los rusos siempre eran mejor que Lim. Ante la caspa, la caspa era mejor que Lim. Ante una oferta árabe sin árabe (“Se podría incorporar más adelante si se dieran ciertas circunstancias”, declaró uno de los representantes en el medio desde el que le hicieron la campaña) la oferta sin árabe era mejor que Lim. La oferta del singapurense siempre fue denostada hasta recientes fechas, cuando la propuesta ganadora en mayo se convirtió, por sorpresa, en la mejor una vez Bankia la dinamitó no aceptando – en su derecho como deudor – las quitas, la financiación, y los términos propuestos en un principio.

Mangarrufos siempre. La mayor de las contradicciones es la evolución del discurso pre y post proceso de venta. En tiempos se hablaba de que aquellos que venían prometiendo inversiones directas de 500 millones eran 'mangarrufos' a los que no había que prestarles atención. Que la gente seria miraba hasta el último céntimo, apretando hasta el máximo en las negociaciones, y que eran a esos tipos a los que había que tener en consideración por no venir regalando el dinero alegremente. Todo eso se sostuvo hasta que apareció Peter, al que no se le tolera que imponga, como él también ha aceptado imposiciones, condiciones. Ni siquiera que la modificación de su oferta haya sido impuesta por Bankia le ha privado de ser el sempiterno malo de la película para empezar a dar pábulo a cualquier tahúr que venía con inversiones de 600 millones aunque jamás demostraran poseerlos.

Bankia siempre es bueno. Desde un principio ha quedado claro el poder de influencia de Bankia en los grandes medios locales. Las informaciones siempre han sido enfocadas desde una única fuente, emanada desde la entidad bancaria que ha usado su función de financiador y su poderosa red de contactos para imponer su discurso y marcar las líneas rojas en todo este entuerto. Aunque haya sido a costa de saltarse uno de los principios básicos, el de contrastar con dos o más fuentes, distintas entre si, una información antes de publicarla. Que el banco no haya aceptado ninguna solución propuesta por el VCF ni que haya tolerado ninguna oferta de compra que no fuera la de su fondo buitre no le ha valido la más mínima crítica. Ni que nos haya hecho perder el tiempo durante meses en un concurso en el que sólo dos ofertas – Wanda y Lim, las de Salvo – han demostrado solvencia y credenciales suficientes. A la inversa ha ocurrido igual, con el presidente al frente, aunque el tiempo y los hechos ha dejado mejor parados a aquellos que solo han bebido directamente de las fuentes de éste. Esperemos que al menos, el ridículo de muchos medios en dicho proceso, sirva para mejorar en el futuro.

Las leyes del capitalismo ya no sirven. Es uno de los puntos más locos de toda esta historia. Con la llegada de Lim, las ofertas y el proceso de venta han pasado a no servirnos las leyes del capitalismo. Se han exigido pagos al contado de sumas millonarias, algo que ni siquiera funciona entre la clase media, ni tan solo a la hora de comprarse un simple televisor. Las cantidades a pagar en tres años han pasado a cuantificarse solo por el capital del primer año, desapareciendo por arte de magia el resto. La reestructuración de la deuda financiera de una empresa en venta, a la orden del día en el mercado, ha pasado a convertirse en un hecho inaceptable. De repente propiedades inmobiliarias y acciones de multinacionales no sirven como aval ni garantía. Instalándose el falso mantra del “que se lo vendan, pero no a cualquier precio” obviando que hacerlo por menos de la deuda de la Fundación es ilegal, y en primera instancia, el banco no aceptaría tales condiciones.

Los jugadores de Lim sí, los jugadores de Lim no. Durante semanas se exigía que al menos el asiático mostrara 'su voluntad' de comprar el VCF trayendo a aquellos jugadores que poseía en propiedad. La ausencia de los mismos fue utilizada durante mucho tiempo como señal especulativa de que Lim no iba a comprar, era el síntoma inequívoco de que la operación estaba en vías de romperse. Una vez han empezado a llegar, sin embargo, el hecho no ha sido vendido como una 'señal inequívoca de su voluntad de comprar' sino que simplemente, eso, 'no significa nada'.

El VCF ya no es una ruina. Durante años se ha justificado cualquier acción con la situación ruinosa del club. Se ha despreciado el nuevo estadio incluso con editoriales exigiendo que 'lo pague Rita', se ha apostado incluso por compartirlo o directamente venderlo. Se han justificado operaciones ruinosas como Newcoval por ser 'una solución, no la mejor, pero una solución' aun dejando a la entidad con 200 millones de deuda y sin patrimonio en propiedad. Han corrido ríos de tinta sobre los impagos de la Fundación y el negro futuro del club, abocado al concurso de acreedores o a algo peor. Pero de repente no vender la entidad a Lim se convertía en un 'no pasa nada, por no vender el VCF no se acaba el mundo'.

Siempre negativo, nunca positivo. La negativa de Bankia a aceptar la primera oferta de Lim y el amoldarse éste a las exigencias del banco aún siéndole menos favorables nunca ha sido visto como un gesto positivo, cuando ante el NO se podía haber retirado queriendo imponer sus condiciones. Tampoco se ha visto como un gesto la legión de auditores, abogados, hoteles, dietas y desplazamientos que ha sufragado trayendo a todo su equipo. Ni que lejos de huir ante el aluvión de requerimientos notariales y problemas haya seguido enviando a letrados para solucionarlos. Ni tampoco que haya empezado a traer jugadores sin necesidad. Por parte de Lim nunca se ven gestos existiendo hechos. Sin embargo cualquier humareda salida de los bajos fondos ha sido alzada a categoría para vender alternativas falsas y generar un relato ficticio con el que seguir alzando dudas infundadas. Como cualquier cosa servía de munición hasta supuestos mensajes de móvil de Mendes han sido utilizados como fuente de distorsión.

Presión a los patronos pero sólo si les presiono yo. Gastar semanas enteras en publicitar sus CV, contar sus acciones dudando de su valencianismo, relatar si tenían el pase o no, llamarles sénecas en burla a su escaso intelecto, no es, sorprendentemente, una forma de presión aceptada. Esconder que muchos ni siquiera acudían cuando se les llamaba, o que casi ninguno se pasaba cada vez que les ponían la documentación a disposición, para vender que les escondían información tampoco. Y lo que no sabremos. El término presionar solo ha sido válido cuando ha venido de la parte contraria.

El imaginado enemigo oculto. Tristemente en todo esto se ha impuesto el “quiero que me mientas” gracias a vender enemigos imaginarios o al exagerar el tamaño de los mismos. Al puro estilo 1984, a cada problema o laguna surgida se llamaba 'a la war' a las masas sin dejar que éstas se hicieran la más elemental de las preguntas, ni cuestionaran lo más obvio. Ha existido una aceptación absurda de la manipulación y la media verdad en función de las simpatías silenciando con el ataque sistemático toda pregunta o duda pertinente que se saliera del discurso único. El aficionado también se lo tiene que hacer mirar. El proceso de venta puede que haya traído mucho de bueno, a largo plazo, al entorno. Al menos, las caretas han caído, muchos se han dado cuenta de lo prisionero que puede llegar a ser un periodista o lo engañado que puede estar un aficionado gracias a la selva de intereses y filias que rodean al club. Todo en uso y disfrute para crear realidades alternativas o desviar la atención a aspectos livianos convirtiéndolos en capitales. Nos entretuvimos en lo más absurdo sin que nadie se preocupara por lo más elemental.

Y faltarán un sinfín de cosas más, embriagándonos esa sensación de que se nos olvidan. Pero eh aquí las suficientes, al menos, para poner en perspectiva una guerra sucia y absurda en la que nunca importó la verdad. Esto no pretende ser nada objetivo, ni un texto bíblico, simplemente una breve crónica desde las trincheras con algunas lagunas, ya que el hastío, las ha dejado escapar mientras escribíamos. Si vuelven le daremos a actualizar.
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