6 de febr. 2014

Con Rufete vuelve el Rock


Sólo falta que alguien les pregunte “¿vienen ustedes a retirarse en el VCF?” para que todo sea igual. El primer golpe ya se dio importando a Pizzi y su ajado carácter de pub nocturno. La reestructuración de la plantilla en estos dos meses se hizo desempolvando ese viejo libro de estilo que en plena orgía de la insensatez nos dio por lanzar al olvido, haciendo a golpe de plumero que el Rock suene otra vez en Paterna tras años de arrastrarnos por el absurdo más gigantesco. Quizá no tenga tiempo, y a mitad camino sea engullido por esta locura accionarial y bancaria que nos turba la realidad, pero Rufete, en tres ratos, ha trazado un plan y nos ha dejado verle la patita al mismo, llevándonos otra vez por el viejo sendero de la identidad. Identidad que nos robó un gallego que podría haber vivido 100 años aquí y seguiría sin saber dónde estaba y qué tenía entre manos.

Al diablillo de Benejúzar lo convirtieron nada más llegar - y en ello siguen - en una de esas armas arrojadizas contra Salvo, como las sillas naranjas o el proyecto GloVal, pero como toda crítica ridícula el mánager general ha ido haciendo vida para erigirse en el gran triunfo de un presidente que parece haberse quedado sin aliados; ni siquiera más allá de Requena. Le bastaron unos meses para que Paterna volviera a tener la personalidad y la decencia que le negaron, y en su ascenso, el primer equipo parece que está siguiendo el mismo camino. Aunque no sería justo hablar solo de él, porque junto a él trabaja en la sombra un veterano de los despachos como Joan Salvans, el gurú que esconde Rufete en su tripa y muestra cuando se levanta la camisola para celebrar un gol. Salvans, es uno de esos hombres de confianza que tienen pinta de mandar tanto como el jefe porque el jefe quiere que mande tanto como él. Ahí dentro se han juntado unos cuantos que saben lo que quieren, y saben cómo conseguirlo, pero lo más importante, es que saben dónde están y qué tiene que ser esto. Y esa, es la verdadera diferencia.

Con las incorporaciones de Senderos y Keita, más la postrera y polémica de Otamendi, se recupera la senda de los Carboni, Anglomá o Milla. Gente que impregne con espíritu competitivo, compromiso y experiencia a un grupo de ovejas sin pastor. Tipos que son mucho más que simples futbolistas. Son gotas de carácter y autenticidad en un guiso aguado. Y lo más importante es que se está evolucionado hacia eso cuando menos recursos y más handicaps se tienen, dando por el camino una lección a los teólogos del apocalípsis y a los abogados del diablo. Rufete no necesita espejo en el que mirarse porque el espejo en el que se miraron los demás era nuestro espejo, sólo que nosotros tuvimos la indecencia de romperlo y esconder los trozos bajo un manto de tierra, olvidándonos de él hasta la absurdez de llegar a envidar a aquellos que sólo hicieron que imitarnos. Es lo que tiene traicionarse uno mismo, que se acaba por olvidar lo que fue y cómo lo fue.

Por eso, la sensación generalizada es que da igual ser pobre o rico mientras Rufete esté. Porque a éste no le harán falta 70 millones en caja para montar un equipo, bastarán dos euros y un bote de Coca-Cola para ello. Tal vez no será tan filigranero, pero sí mucho más competitivo que todos de los que hemos 'disfrutado' hasta el momento. Y lo será porque se vuelve a las raíces, o se intenta, al aprovechar las oportunidades que te da el Ayala suplente del suplente en el Milán, del Cañizares marginado en el Real Madrid, los Djukic que acaban contrato y nadie lo sabe, o a esas pequeñas promesas desconocidas que no te dicen nada y que luego se convierten en todo. Aunque al melenudo mánager le vendría bien un curso intensivo de legislación futbolística para evitar algún que otro error; pero incluso a eso ha sabido darle la vuelta anotándose un tanto de cara a la galería. Pero sólo de cara a la galería. Porque romper las viejas formas tiene un precio, y es ver como te maximizan los errores y te esconden las virtudes. Negarse al tour mediático, a la exclusiva al amigo, y poner fin a que se sepan las alineaciones dos horas antes de un partido requiere sacrificios. Pero reconstruir un equipo demolido y devolverle el alma que le robaron lo vale todo, así que pague lo que haga falta, aunque quede en un simple intento y tengamos que imaginar que hubiera sido de ello viajando a un universo paralelo. Total, el día 24 ya está ahí. Mientras llega, los viejos roqueros le esperan dándole a la guitarra y meneando la cabellera.

4 comentaris:

Enrique Jurado ha dit...

Bravo, Señor Desme, los pelos DE PUNTA. Esto es prosa, esto es belleza en el texto. Un 10, porque en una escala de 10 no se puede poner más, si se pudiese, usted lo tendría. Gracias por estos artículos.

Nico ha dit...

Toda la razón del mundo, ya he recomendado este blog en mi FB. Todos los artículos de 10.

Anònim ha dit...

Bravo, bravo!!!

THB ha dit...

Además puede volver de verdad, cuando se tire del escenario en alguna presentación para arrearle a Morata XD , previo destrozo del atrezzzo XD

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