10 de jul. 2014

Con Madrid siempre fue así


«Y allí nació Madrid, el que nos llamó broncos por ser demasiado coperos, concediéndonos un insulto convertido en lema con el que evocar épocas mejores en momentos de desesperación». Se lee en el libro Bronco y Liguero de J.R. March (editado por L'Oronella). Poca gente sabrá que el manido término fue un insulto, un desprecio continuado, regalado por la prensa madrileña al VCF que arrasó en los 40. En aquella jerga ya antigua 'bronco' era sinónimo de sucio, de arrabalero; un calificativo irreal para denunciar la superioridad de una plantilla que de trasladar sus números al fútbol actual encontraríamos un campeón con 104 puntos y más de 130 goles anotados. Pero aquello Mestalla supo adoptarlo como un lema que coser junto al escudo, transformándolo en un grito de guerra que reclama orgullo en la contienda.

«Es mi pena punzante y continua porque no cejan nuestros seculares enemigos en desacreditar al público valenciano, tan correcto y hospitalario como el que más» Dijo Cubells en 1925 al semanario La Gran Vida. En realidad, Madrid nació al mismo tiempo que nació el VCF. Siempre acompañaron sus desprecios y desplantes a la trayectoria de la institución valenciana. Nunca se podrá explicar si es fruto de un miedo latente o simple mal de altura que les hace mirar todo con desdén, pero la cuestión es que no paran. No sería nada atrevido decir que en la modernez, en estos tiempos donde lejos de hacer 'deportes' se hace 'aquí hay tomate' con balones, impera la mala fe en muchos de los casos. El último de ellos, el de LaSexta, es un espacio editado por un tal Rafael Zapatero, reconocido y orgulloso anti-valencianista con un bochornoso historial de tertulias donde dejaba patente su resentimiento cada vez que abría la boca, y como tal, sigue plasmándolo en su twitter a golpe de actualidad.

Nunca se olvidará ya la vergonzosa retransmisión que hizo Cuatro del VCF Swansea el pasado mes de septiembre, donde estuvieron los 90 minutos pendientes de si la grada pitaba o dejaba de pitar a los suyos más que de lo que ocurría en el terreno de juego. Nada nuevo en esa cadena, pues ya años atrás usaron las imágenes del famoso encuentro ante el Inter – el de Farinós de portero – quitándole el sonido ambiente para subtitular en grandes letras amarillas un “Benítez vete ya” que jamás existió. En su mente han asimilado que pasó, y ya les da igual no encontrar ni una triste prueba documental, se las inventan para plasmar su enfermiza creencia y hacerla realidad a base de repetirla. Les importa tan poco la veracidad que la pancarta que sacó la CN10 en apoyo a Djukic ante los galeses – con un primer plano de la citada cadena durante un minuto – alguno la transformó meses después en una pancarta contra el serbio en un rondo delirante de estupideces. ¿Y pedir disculpas por su error? Jamás. Lejos de hacerlo se abonan al insulto contra el aficionado valenciano aprovechando que ellos tienen el altavoz y los demás ni siquiera derecho al pataleo.

Pero nada comparable a la boutade de Guillermo Ortiz en Jot Down: «El público se había abonado al «vete ya» dedicado para cada entrenador, un cántico que empezó cuando Luis, siguió con Valdano y ya cogió carrerilla y no paró incluso con entrenadores victoriosos como Ranieri, Cúper o Benítez». La del banquillo eléctrico no deja de ser una sangrante mentira, máxime cuando la entidad del murciélago ha utilizado cuatro veces menos entrenadores que Atlético y Betis, casi dos veces menos que el Barcelona, los mismos que el Athletic y solo un par más que el Real Madrid... cría fama i gitat.

Lo hiriente no es que en un desliz, o en virtud de una creencia equivocada, erren; su modus operandi es más ofensivo en la reacción que en la acción. Porque lejos de reconocer errores, pedir disculpas o hacer auto-crítica, se abonan al pitorreo y al desplante. Da igual que una pancarta reclamara apoyo a Djukic y hayas dicho que pedía su cabeza, lejos de rectificar mejor llamar al valencianista paranoico y esquizofrénico. Da igual que no haya existido ningún 'vete ya' contra nadie de los que hayas citado, la reacción es llamar al aficionado che trastornado y voluble. Da igual que girar un escudo haya ofendido a alguien, en lugar de pedir disculpas es mejor pasarse una noche entera riéndose – en un ataque de superioridad intelectual – de los que se han visto vejados por tu acción. Verdugos vistiéndose de víctimas para esparcir una leyenda negra sobre Mestalla que ya jamás seremos capaces de quitarnos de encima.

Pero de todo eso tenemos culpa los de aquí. Los 'vete ya' ficcionados se inventaron en Valencia cuando había que defender a Quique sobre todas las cosas. En forma de eterno castigo presidentes y dirigentes de todo pelaje han guardado silencio, mientras colgados al teléfono, los próceres de la noche radiofónica les faltaban a ellos y a la institución, regalando a acusaciones de dopaje alfombras rojas y pétalos de rosa cuando aterrizaban en la ciudad para instalar su circo nocturno. Ni nos respetan ni nos respetamos, y lo que es peor, ni nos hacemos respetar. Parece que solo somos capaces de unirnos cuando hay un ataque exterior, para en su ausencia despellejarnos vivos de la manera más ridícula que podamos encontrar invitando con ello al extraño a usar a la entidad y a su entorno como ejemplo de burdo y locura, cuando por aquí, no pasa nada que no pase en todas partes.

A día de hoy el VCF no cuenta con presidentes en prisión, ni juzgados por estafa, ni por asaltar las arcas en beneficio propio; ni un juez ha enviado a la Guardia Civil a registrar sus oficinas ni a dar orden de intervenir la entidad. Tampoco colecciona sentencias que declaran ilegales ampliaciones de capital utilizadas para asaltar el poder, y tampoco protagoniza estafas al fisco. Ni siquiera sus Ultras han asesinado a aficionados rivales entre el silencio cómplice de los medios afines, y mucho menos, se ha cargado entrenadores en verano por rajar de los fichajes. El Valencia no es ejemplo de nada aunque se empeñen en ponerlo como ejemplo de todo, y siempre de lo malo. Y ahí radica la verdadera ofensa, la diferencia en el trato ante hechos similares, el trato hiriente que se le presta. Si el Calderón saca pancartas llamando cojo y deseándole la muerte a uno de sus mitos vivientes (Kiko) la reacción es inexistente. Si el mismo estadio quema medio año pitando a Falcao, o el vecino lleva cuatro años silbando a Cristiano Ronaldo, la tibieza en el trato es palpable. Si Manzano tiene que escuchar cánticos de la grada invitándole a salir del armario, o directamente enviándole al cementerio, la respuesta de los medios es dedicarle vídeos paternalistas en cadenas de televisión a una afición 'que está sufriendo demasiado'. Si Mestalla pita a su equipo tras ver a un colista con 9 remontar un marcador para llevarse los tres puntos encienden la maquinaria y ya no paran con el tópico falaz hasta dedicarle titulares como “El Circo de Mestalla” en revistas culturetas.

Es cierto que el valencianista tiene la piel fina ante estos asuntos y salta enseguida, pero lo hace por hartazgo, por acumulación, hastiado de recibir un trato denigrante ante hechos comunes en cualquier latitud. El vaso hace mucho que colmó y ya cualquier gota lo desborda. Para más inri nos dejaron sin el único altavoz que se poseía y la crisis ha dejado 'la actualidad' en manos de sucursales de medios nacionales que ejercen de Caballo de Troya con renovada pasión. Esto, con Madrid seguirá siendo así porque siempre lo fue, porque nunca les importó lo más mínimo acercarse para entender al VCF y conocerlo, y seguirán sin hacerlo hasta que sea la propia institución quien les plante cara y se haga respetar en lugar de ponerles alfombras rojas tras el insulto y participar en su falso y acartonado show cada vez que necesitan a algún tonto útil para rellenar minutos muertos.

Al menos queda la esperanza que la era de las redes sociales deje espacio para el pataleo y que esa única militancia de reacción que se ejerce sólo ante la 'meseta' deportiva (en lo político recibimos un trato peor con extraña sumisión) les haga ver su error (harto complicado) o directamente les aburra tanto que se obre el milagro y dejen de mentar al VCF ni siquiera para dar el resultado de la quiniela. Sería lo mejor que le podría pasar al club de Mestalla, que Madrid jamás le volviera a mencionar. Para como lo hacen es preferible el silencio eterno. Eso sí sería mostrar algo de respeto.

2 comentaris:

Unknown ha dit...

Sublime.És difícil tractar un tema així sense recorrer a l'insult i vosté ho ha aconseguit. A mesura que avançaven les línies la sang em bollia un poc més.
M'he enrecordat de Puchades, quan feia referència a les "burles" que havia de soportar quan es concentrava amb la selecció;allò de "arrocero" i demés...
El que la meseta no sap és que a nosaltres ens encanta que se'ns conega com "el puto Valencia" o com a broncos,senyal de que algo estem fent que a ells els descol·loca i els posa nerviosos.Nosaltres, a la nostra. Amunt!

Canya ha dit...

Per a ofrenar...

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