16 d’abr. 2014

El futuro del estadio

Para un club medio de la MLS hacer una inversión de seis millones de euros para adaptar un estadio con apenas dos años de vida es un gasto considerable. Los gestores del Sporting Kansas pronto se dieron cuenta del error estratégico que habían cometido al proyectar un recinto basado en los estándares europeos, alejado del modelo tecnológico que empieza a vislumbrarse en los arenas de las grandes ligas norteamericanas. El Sporting Park no es el primer estadio de soccer que se construyó en Estados Unidos, pero si es el primer recinto futbolero 2.0 del país. El primer paquete de actualización se basó en la instalación de redes Wi-Fi y 4G de alta densidad, centrándose el segundo punto en la instalación de pantallas inteligentes en el interior del recinto y en el desarrollo de aplicaciones y servicios interactivos. En apenas un año los ingresos generados les han permitido recuperar un tercio de la inversión realizada.

Ahora, a través de sus smartphone los aficionados pueden comprar entradas, material oficial o pedir a golpe de dedo que le lleven a su localidad alguno de los menús que se venden en el interior del estadio, disfrutar de repeticiones a la carta desde ángulos inverosímiles y participar en sorteos, concursos o disfrutar de las estadísticas en tiempo real y las ruedas de prensa una vez finalizado el encuentro. El Sporting Kansas es solo uno de los pocos clubes en el mundo que han convertido su campo en un recinto tecnológico. Cisco, a través de su oferta StadiumVision, ya cuenta entre sus clientes con el Celtic escocés, el Leverkusen alemán, y el Manchester City inglés. La empresa de redes y servicios está siendo pionera en introducir el germen de lo que serán los estadios del futuro, recintos que más que permitir una conexión a Internet a los aficionados pondrá a su disposición una serie de aplicaciones y servicios que buscan cambiar para siempre la experiencia de asistir a un partido en directo.

El pasado año, Cisco, en una doble alianza con Deutsche Telekom y el Bayer Leverkusen, puso las bases para transformar el BayArena en el primer estadio inteligente de Europa, exportando al viejo mundo el trabajo realizado con anterioridad en varios arenas de la NFL. Los aficionados del conjunto alemán podrán empezar a disfrutar del mañana la próxima campaña, tras un año de desarrollo e instalación de la tecnología y las aplicaciones oficiales necesarias para ello. Aunque el punto fuerte del acuerdo reside en la instalación de más de 500 pantallas táctiles en todo el arena desde las cuales los asistentes podrán realizar todo tipo de compras, pedidos o acceder a información relacionada con el club para realizar gestiones o trámites como renovar su abono o reservar su espacio para la celebración de alguna cena empresarial o evento.

Las redes cerradas de alta velocidad en instalaciones deportivas no sólo sirven para ofrecerle una mayor comodidad al espectador, sino también permiten a los clubes desarrollar nuevas vías de negocio. Estamos ante una nueva plataforma publicitaria, una nueva herramienta para explotar vías de ingresos, y sobre todo, para poder estudiar los intereses y las inquietudes del público y poder mejorar su atención. Solo con la creación de la app y los servicios extra – descargarte la aplicación oficial no vale más de 3 euros – los clubes con un estadio tecnológico ya están ganando dinero. En el caso alemán y escocés parte del negocio reside en ofrecerse como conejillo de indias y recibir 1,5 millones por incorporar como patrocinador tecnológico a Cisco.

En un arena 2.0 los patrocinadores de los clubes pueden adaptar sus mensajes y personalizar su oferta según la categoría de cada aficionado – VIP, grada popular, platinum... – lo que aumenta su impacto y por contra el valor que recibe el club por ingresos comerciales, además de estar presentes en cada rincón gracias a la red de pantallas instaladas, aumentando con ello su presencia. Uno de los mayores beneficiados son las casas de apuestas – hoy en día casi cada club tiene una como patrocinador – los puntos de restauración y la venta de entradas o material oficial. En todos los casos suelen experimentar un aumento de venta directa entre el 6% y el 8% durante el primer año. Además ofrece a los proveedores televisivos un nuevo espacio en un fútbol que ya está empezando a vender sus derechos de retransmisión para internet, permitiendo los recintos 2.0 disfrutar de canales en streaming en circuito cerrado para no perderse ningún detalle del partido, esté en su localidad o en cualquier punto del estadio. La experiencia tecnológica además de resultar atractiva de cara a nuevos patrocinadores también aumenta el valor de explotación en los días de no partido, con un repunte en las peticiones para albergar congresos, conciertos y todo tipo de eventos.

La posibilidad de nuevos ingresos en los estadios modernos se antojan infinitas, muchos de los cuales están sufriendo reformas para convertirse en centrales energéticas cediendo sus cubiertas para generar electricidad limpia a cambio de suculentos contratos con compañías eléctricas, además de desarrollar sistemas para favorecer el autoabastecimiento y conseguir un importante ahorro económico. Lejos quedan ya aquellos primeros años del siglo XXI donde los nuevos arenas solo ofrecían como atractivo la venta del naming o la explotación de sus zonas VIP. Hoy en día, con hasta SPA y gimnasios en sus entrañas, muchos se han convertido en centros de negocios con actividad ininterrumpida todos los días del año.
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