15 d’oct. 2013

¿Para cuándo la secretaría técnica?

Con la satisfacción de quien cree haber descubierto los secretos del universo se levantó de aquella silla un Manolo Llorente que humilló durante diez minutos al director deportivo que horas atrás había sido 'amortizado'. A su derecha se sentaba el vicepresidente, el señor que en una junta de accionistas, ante notario, anunció la irrevocable decisión de destinar 1,5 millones de euros anuales 'para tener la mejor secretaría técnica posible'. Ambos no escatimaron energías en afearle a Fernando, el jefe de todo aquello, que no hiciera el trabajo de un simple ojeador, es decir, que no viajara personalmente a las ciudades deportivas de Europa para espiar los entrenamientos de sus futuribles. Obviando, entre otras cosas, que el presupuesto para viajes era tan escaso que los técnicos se veían en la necesidad de pisar territorio francés en coche propio para ahorrarse un billete de avión que el club no estaba dispuesto a pagar.

A pesar del incumplimiento de la promesa – como esa, otras tantas – de Javier Gómez, el departamento, en el momento en el que Fernando envió a la mierda a Llorente, contaba con una infraestructura nada despreciable. Hasta cinco personas estaban a las ordenes del catedrático con la única misión de contratar jugadores a coste cero. Uno de esos nombres era el del propio Braulio, acompañado de gente como Garrido, Bossio o Salva Grau. Hoy, salvo el gallego y el montador de vídeos, ninguno continua en su puesto. Durante mucho tiempo no hizo falta más.

Cuando no había que hacerle un favor al presidente del Valladolid – quién sabe si en sus delirios de ganarse apoyos para presidir la LFP – y fichar a Barragán se tiraba de amistad, a los postres de fondo de inversión, o de representante afín para completar una plantilla que refleja en su composición la esquizofrenia de sus hacedores. Tics que parecen no haber desaparecido del todo. Este verano aires de injerencia volvieron a soplar por Mestalla en forma de Fred – o de Piatti – hasta llegar con Doyen al punto final. La secretaría técnica, lejos de ser ese pilar fundamental para la viabilidad deportiva y económica de la entidad, se ha convertido de repente en un departamento decorativo en el que cargar responsabilidades y ocultar culpas, realizando cribas de 'infieles' más que en organizar el estamento que debería poner los cimientos de una reentré en la élite.

No es solo la falta de logística, es también la ausencia del camino que se quiere recorrer. Todavía nadie ha caído en la necesidad de perfilar la filosofía de equipo que se desea, si recuperar el estilo histórico de la entidad o continuar en la filigrana perpetua, con calidad pero sin competitividad. Más allá del Scout 7, ese programita informático que compartes con 100 clubes europeos con los que no puedes competir económicamente, las herramientas siguen ausentes. Lejos de si el responsable debe llamarse Braulio o Jacinto sería aconsejable encontrar cuanto antes una ventaja comparativa, y eso pasa por conformar un departamento altamente cualificado, dirigido y equipado para poder contrarrestar la manifiesta inferioridad en el mercado de fichajes.

Alejándose de las trincheras – hay tantos motivos para defenestrar al gallego como para ensalzarlo – es incuestionable que ha tenido que trabajar con una serie de handicaps difíciles de superar. Entre presidentes sobones, falta de personal y de presupuesto para peinar el mercado, más allá de la vecina Francia, uniendo la complejidad institucional, han determinando las decisiones tomadas. De las que Braulio ha tenido mucho que ver, sin duda, por dejarse pisotear y por tragar con ciertas cuestiones que otro con más personalidad y menos que agradecer no hubiera tolerado. No hace mucho se incorporó del Córdoba a Ricardo Pozo con el que romper la soledad en la que se encontraba el coordinador, pero sigue estando muy alejado de los números de Fernando, víctima de esos recortes silenciosos y poco publicitados que han ido minando poco a poco las estructuras de una entidad que en ocasiones parece sostenerse por pura casualidad.

Aunque resulta obsceno reclamar más inversión en la secretaría técnica ante problemas financieros, e institucionales, más apremiantes no deja de ser un gasto necesario que repercutirá directamente en las finanzas. A más exhaustivo análisis del mercado y del jugador a contratar menor será el margen de error. A más herramientas, humanas o informáticas, al alcance para peinar el mercado más opciones de avanzarse a la hora de contratar futbolistas de nivel se tendrán, con lo que el retorno en forma de resultados deportivos – ejerciendo de motor del marketing, taquilla y televisión – y en futuros traspasos contribuirá a relajar la presión sobre la caja.

Una vez solidificadas otras estancias, llega el momento de hacer una sentada y plantear que es lo que se quiere ser sobre el campo. Si Braulio es la persona idónea o si se requiere otro perfil, y dibujar sobre ella el carácter de un equipo con el lápiz de una departamento técnico mucho mejor equipado y plenamente independiente. No se puede seguir dejando el césped como algo secundario viviendo en el eterno limbo, ni tampoco volver a los errores de enfrascarse en cambios en plena ebullición del mercado estival para ser esclavo de representantes indecentes. Hay que abordar cuanto antes la reforma en el despacho del gallego, aunque se tenga que prescindir de él, o no haya aval. Cuando peor estás más determinante es una buena/mala secretaría técnica en tu resultado final.

12 comentaris:

Anònim ha dit...

Se'n recordeu quan DSME escribia en valencià? Tu antes molabes ;)

hoeman ha dit...

Muy de acuerdo.

Una gran secretaría técnica es fundamental para disminuir la posibilidades de fichar un fracaso, o simplemente para ajustar los precios de los jugadores que interesan (tener alternativas para evitar pagar sobrecostes).

Anònim ha dit...

Los que trabajen en despacho/oficina es casi intrascendente, con 2 o 3 personas es suficiente. El kid de la cuestión están en los técnicos de campo, en los que salen ahí fuera a ojear, a seguir, a 'investigar'. Y de esos tenemos 1 o ninguno que sean nuestros. Lo fiamos todo a representantes u ojeadores freelance que trabajan para ti y para 10 más. Y ahí se te va mucho, porque con un poquito de dinero te venden 'tu información' al enemigo.

Anònim ha dit...

Me encanta tu blog y los temas que tratas y como los tratas.

Anònim ha dit...

Dsmeee en Valencià!!

Betto10 ha dit...

Amén a eso, un scouting in situ de ligas menos conocidas... un equipo afiliado en liga menor (bel - Hol) xa formar.. si se quiere competir con equipos q tienen + pasta hay q hacer algo + q echar al gallego... así solo cogemos retales.

Anònim ha dit...

Es complejo.... no es tan fácil como opinar de este tema, que parece que todo el mundo lo tiene claro.

1º Una gran Secretaría Técnica no te asegura el éxito. "Chigrinsky, Keirrison, Zlatan I, Hleb, Afellay.. o Kaká, Coentrao, Pedro León, Altintop, Drenthe, Essien, Sahin.

2º Veo más razonable, una Secretaría Técnica basada en la profesionalidad, la competitividad y en un obejtivo claro.

3º A Braulio, le viene grande el traje del VCF, y no digo que sea incompetente, ha tenido fiascos, pero.... como todos. No los voy a nombrar, porque sino no acabo, sólo que ahora en época de agobios económicos, se notan más, puesto que no mejoras la plantilla que tienes.

Antes fichabas medianias que se hacían buenos al lado de grandes jugadores y ahora fichas medianias para que te saquen las castañas del fuego, es decir, para que con suerte despunte y los puedas vender al mayor precio.

Está demasiado dejado al azar.

Una de las soluciones es dejar de rezar a todos los santos para realizar buenas incorporaciones, y crear una Secretaria Técnica que sea "Independiente" pero con una idea u objetivo concreto.

Así que primero vamos a crear la idea de fútbol que queremos proyectar (esto lo veo más importante), para poder traer a los jugadores que puedan encajar.

Bien DSME.

Ahora falta que se pongan manos a la obra de una vez y no dejen pasar más tiempo. Aunque actualmente en este club todo está cogido con alfileres, y no sabes lo que sucederá de aquí a final de año.

PEPELU.


THB ha dit...

Eh, confundes el en punto 1º una gran secretaría técnica con tener un director deportivo con mucho dinero para fichar que se lee el Marca desayunando. Para fichar a Chigrinsky, Hleb (que la rompía en el Arsenal) Sahin (que fue el mejor de europa aquél año) o Ibrahimovic no hace falta tener una secretaría técnica. Para ser el Barça o el Madrid, no te hace falta ni tener.

Para ser el VCF o el Dortmund si que hace falta. Para poder fichar a Mata o a Lewandowski y que luego te lo compren los DD que desayunan leyendo el marca y tienen mucho dinero para fichar.

Anònim ha dit...

Volem els articles en valencià!!

THB ha dit...

Roure no sigues pesadet, enguany va a ser en castellá fins al mundial. Eh, pero si vols que haja blog ja podeu anar compartint, que si els 4 que ho llegiu damunt no reboteu els post que vos agraden per twitter ni per facebook o forums al final açò es va fent cada dia més xicotet i amb menys ganes.

Anònim ha dit...

Estoy de acuerdo en la corrección, en efecto, RMA y FCB no son el mejor ejemplo.

Lo que intentaba decir es que tan importante es fichar a un jugador como que se adapte a la ciudad y a la filosofía del club.
Es importante convencerlo con palabras y con hechos de donde viene y que se espera de él, a nivel de club y de afición. Guiarlo y que esté a gusto.

Real Sociedad, Getafe y Levante podrían ser mejores ejemplos de Secretaria Técnica eficaz, no hace falta compararnos a todas horas con el Dormunt, su situación económica, cultural y social a nivel nacional y deportiva no se parece en nada a la que tenemos por el sur de Europa.


PEPELU.

Anònim ha dit...

Braulio ya hace tiempo que debería haber pasado a la historia del VCF.

Desde mi punto de vista, es el punto negativo más grande que tiene Salvo: la dirección deportiva.

En un equipo de fútbol, uno de los puestos clave es la dirección deportiva. Salvo se ha centrado en la dirección deportiva de la cantera (Rufete y su equipo), pero ha dejado de lado la del primer equipo. que es clave para el día a día y para la tranquilidad de su proyecto.

Salvo, ya sabes. Hace falta un director deportivo de calidad y con la filosofía histórica deportiva del VCF bien asumida

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